Es bien conocido que estamos en escenario de emergencia climática. La diagnosis es clara: prácticamente todas las acciones que realizamos todos los días (trabajar, movernos, alimentarnos, los hábitos de higiene) tienen un impacto en el medio ambiente porque generan una gran cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que se envían a la atmósfera. Es necesaria la concienciación y la implicación de todas y todos para encontrar soluciones.
El impacto del sector residuos en Catalunya, respecto a los GEI, está en torno al 5%, según el INFORME DE PROGRESO DEL CUMPLIMIENTO DE LOS OBJETIVOS DE REDUCCIÓN DE EMISIONES DE GASES CON GEI, elaborado por la Oficina Catalana de Canvi Climàtic (publicado en febrero de 2020).
También según este documento, del impacto del 5% que genera el sector, el estudio asigna a los vertederos el 77% de las emisiones de los GEI. Si el tratamiento de eliminación de los residuos se realizara únicamente a través de la valorización energética, estas emisiones serían de aproximadamente un 1%.
Desde una perspectiva general del sector, para disminuir la generación de GEI, es necesario:
La minimización de los residuos y lograr una verdadera economía circular.
La minimización del uso del vertedero.
Las plantas de valorización energética son instalaciones en las que se efectúa un proceso de combustión. Estas plantas están orientadas a tratar las fracciones resto de los residuos. Fracciones que, por el momento, no son valorizables materialmente.
La valorización energética es, pues, una solución para eliminar residuos no reciclables que provoca un menor impacto, pero conscientes de que la tecnología evoluciona, el objetivo del sector es conseguir que ese impacto sea cero.
Desde la planta de Tarragona, ¿qué pasos hemos dado?
Hemos estudiado nuestra huella de carbono como actividad.
Nuestro caudal actual de gases es de 70.000 Nm3/h con un contenido de aproximadamente el 11% de CO2.
Emitimos anualmente del orden de 89.000 toneladas de CO2.
Medimos en chimenea qué parte del CO2 que emitimos es biogénico (renovable) y qué parte no lo es. El resultado que encontramos está entre el 55-60% de CO2 biogénico (CO2 procedente de las emisiones de residuos de papel, cartón, materia orgánica, algodón, etc.)
El CO2 antropogénico procede mayoritariamente de los plásticos contenidos en los residuos.
Hemos estudiado y visitado instalaciones de captura de CO2 para su posterior almacenamiento.
¿Qué estamos estudiando para avanzar?
Optimizar la captura de CO2.
Creemos que, capturado el CO2, los usos actuales del CO2 no podrán absorber la cantidad capturada. Por eso, aunque la molécula de CO2 es muy estable, creemos esencial iniciar trabajos dirigidos a otros usos del CO2.
Creemos que es muy importante trabajar de forma proactiva para disminuir urgentemente nuestra huella.